PASO NUMERO DOS

Cuando uno desea ponerse al servicio de “lo vivo”, no puede por
menos que enfrentarse a momentos en los que, por esa “vida”,
tener que expresarse con transparencia, aun cuando no sea lo
“más elegante”. O sí. Pero, con el convencimiento de que la
“vida” manda.
Hace unos meses, comenzamos aprovechando las posibilidades
de esta página web: “Asociación Anawin”. El deseo base e inicial
de esta nueva iniciativa era el llegar a donde la actividad normal
de la asociación no alcanzaba. Ser un brazo más, una mano más,
un pálpito más, para llegar un poco más y más lejos.
Por una parte, somos un “camino espiritual, en el que conocerse,
amarse y transparentarse”. Supone una trayectoria. En esta
recién estrenada etapa, hemos intentado servir los “primeros
platos de entrada”. En ellos hemos ofrecido “contenidos” para
“abrir el apetito” a fin de sentirnos sabedores de los pasos
iniciales de nuestro caminar.
Por otro lado, y también dentro de este momento inicial, hemos
deseado tener en cuenta algunas características de este
“caminar hoy”, algunas condiciones “facilitadoras para el
trayecto”, algunas orientaciones a tener en cuenta para no estar
“regando fuera de tiesto”.
Nos hemos sentido contentos, porque hemos contado con una
“riqueza inspiradora” fuera de serie. Nunca nos hemos sentido
escasos. La “abundancia” (en el mejor de los sentidos) ha sido
nuestra compañera fiel.

Y seguimos con ese oído atento a la “vida”. Nos sentimos
motivados con esas “nuestras luces”, a continuar posibilitando el
desarrollo de ese “grano de mostaza” que es el nuestro.
Y desde ahí, se nos invita a dar nuestro “segundo paso”. No se
trata de ideas, ni conocimientos, ni conquistas. Queremos
aprovechar la capacidad motivadora de toda “vida” para
sentirnos felizmente invitados a avanzar en un camino que se
nos presenta como altamente fiable.
Sabéis lo extraordinariamente grande que es sentirse “en lo
cierto”. Tal vez, mejor dicho, “sentirse en el Ser”. Así, con todo
atrevimiento. Esto no lo decimos pensando en toda la gente. Lo
afirmamos desde nuestra experiencia, nuestras luces, desde
nuestro permanente descubrimiento de que “es por ahí” por
donde hemos de avanzar hoy. Esta es “nuestra luz”. Y no
podemos decir otra cosa.
Y queremos sentarnos con vosotros en la misma mesa, para
saborear el color, el sabor, la calidad de los elementos que el
caminar nos ofrece.
En este segundo momento, nos centraremos en el conocimiento
del campo de nuestro caminar, los mecanismos que en él se
ponen en juego, las “caras” de las distintas fuerzas que se
entrecruzan, la lógica de nuestra paulatina, pero segura,
transformación que se irá produciendo, etc.…
Ayudémonos todos para que la “sal no se vuelva sosa”. Buen
provecho.

José Cruz Igartua

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